lunes, 9 de junio de 2014

Cantar de los Cantares: Cap 7

CAPÍTULO 7
 
Los atractivos físicos de la Amada

Coro
7:1 ¡Vuelve, vuelve Sulamita, vuelve, vuelve, para que te veamos!

El Amado
¿Por qué miran a la Sulamita,
bailando entre dos coros?
7:2 ¡Qué bellos son tus pies en las sandalias,
hija de príncipe!
Las curvas de tus caderas son como collares,
obra de las manos de un orfebre.
7:3 Tu ombligo es un cántaro,
donde no falta el vino aromático.
Tu vientre, un haz de trigo, bordeado de lirios.
7:4 Tus pechos son como dos ciervos jóvenes,
mellizos de una gacela.
7:5 Tu cuello es como una torre
de marfil.
Tus ojos, como las piscinas de Jesbón,
junto a la puerta Mayor.
Tu nariz es como la Torre del Líbano,
centinela que mira hacia Damasco.
7:6 Tu cabeza se yergue como el Carmelo,
tu cabellera es como la púrpura:
¡un rey está prendado de esas trenzas!
7:7 ¡Qué hermosa eres, qué encantadora,
mi amor y mi delicia!
7:8 Tu talle se parece a la palmera,
tus pechos a sus racimos.
7:9 Yo dije: Subiré a la palmera,
y recogeré sus frutos.
¡Que tus pechos sean como racimos de uva,
tu aliento como aroma de manzanas,
7:10 y tu paladar como un vino delicioso,
que corre suavemente hacia el amado,
fluyendo entre los labios y los dientes!

El amor plenamente compartido

La Amada
7:11 Yo soy para mi amado,
y él se siente atraído hacia mí.
Invitación al encuentro amoroso
7:12 ¡Ven, amado mío,
salgamos al campo!
Pasaremos la noche en los poblados;
7:13 de madrugada iremos a las viñas,
veremos si brotan las cepas,
si se abren las flores,
si florecen las granadas...
Allí te entregaré mi amor.
7:14 Las mandrágoras exhalan su perfume,
los mejores frutos están a nuestro alcance:
los nuevos y los añejos, amado mío,
los he guardado para ti.

No hay comentarios: