lunes, 25 de marzo de 2013

Salmo 93

SALMO 93 (92)

El Señor es rey; está vestido de poder

93:1 ¡Reina el Señor, revestido de majestad!
El Señor se ha revestido,
se ha ceñido de poder.
El mundo está firmemente establecido:
¡no se moverá jamás!
93:2 Tu trono está firme desde siempre,
tú existes desde la eternidad.
93:3 Los ríos hacen resonar sus voces, Señor,
los ríos hacen resonar su fragor.
93:4 Pero más fuerte que las aguas impetuosas,
más fuerte que el oleaje del mar,
es el Señor en las alturas.
93:5 Tus testimonios, Señor, son dignos de fe,
la santidad embellece tu Casa
a lo largo de los tiempos.

lunes, 18 de marzo de 2013

Salmo 92

SALMO 92 (91)

Es bueno dar gracias al Señor

92:1 Salmo. Canto. Para el día sábado.
92:2 Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
92:3 proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche,
92:4 con el arpa de diez cuerdas y la lira,
con música de cítara.
92:5 Tú me alegras, Señor, con tus acciones,
cantaré jubiloso por la obra de tus manos.
92:6 ¡Qué grandes son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
92:7 El hombre insensato no conoce
y el necio no entiende estas cosas.
92:8 Si los impíos crecen como la hierba
y florecen los que hacen el mal,
es para ser destruidos eternamente:
92:9 tú, en cambio, eres el Excelso para siempre.
92:10 Mira, Señor, cómo perecen tus enemigos
y se dispersan los que hacen el mal.
92:11 Pero a mí me das la fuerza de un toro salvaje
y me unges con óleo purísimo.
92:12 Mis ojos han desafiado a mis calumniadores,
mis oídos han escuchado
la derrota de los malvados.
92:13 El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
92:14 trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios.
92:15 En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
92:16 para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad.

lunes, 11 de marzo de 2013

Salmo 91

SALMO 91 (90)

Al amparo del Altísimo, a la sombra del Poderoso

La protección divina en medio de los peligros
91:1 Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
91:2 di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío".
91:3 Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
91:4 te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.
91:5 No temerás los terrores de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
91:6 ni la peste que acecha en las tinieblas,
ni la plaga que devasta a pleno sol.
91:7 Aunque caigan mil a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
tú no serás alcanzado:
91:4c su brazo es escudo y coraza.
91:8 Con sólo dirigir una mirada,
verás el castigo de los malos,
91:9 porque hiciste del Señor tu refugio
y pusiste como defensa al Altísimo.
91:10 No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
91:11 porque él te encomendó a sus ángeles
para que te cuiden en todos tus caminos.
91:12 Ellos te llevarán en sus manos
para que no tropieces contra ninguna piedra;
91:13 caminarás sobre leones y víboras,
pisotearás cachorros de león y serpientes. 

Oráculo del Señor

91:14 "Él se entregó a mí,
por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
91:15 me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
91:16 le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación".

lunes, 4 de marzo de 2013

Salmo 90

SALMO 90 (89)

Señor, tú has sido nuestro refugio

90:1 Oración de Moisés, hombre de Dios.
Señor, tú has sido nuestro refugio
a lo largo de las generaciones.
90:2 Antes que fueran engendradas las montañas,
antes que nacieran la tierra y el mundo,
desde siempre y para siempre, tú eres Dios.
90:3 Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: "Vuelvan, seres humanos".
90:4 Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche.
90:5 Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
90:6 por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita.
90:7 ¡Estamos consumidos por tu ira
y consternados por tu indignación!
90:8 Pusiste nuestras culpas delante de tus ojos,
y nuestros secretos a la luz de tu mirada.
90:9 Nuestros días transcurren
bajo el peso de tu enojo,
y nuestros años se acaban como un suspiro.
90:10 Nuestra vida dura apenas setenta años,
y ochenta, si tenemos más vigor:
en su mayor parte son fatiga y miseria,
porque pasan pronto, y nosotros nos vamos.
90:11 ¿Quién puede conocer la violencia de tu enojo
y ver el fondo de tu indignación?
90:12 Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
90:13 ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores.
90:14 Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
90:15 Alégranos por los días en que nos afligiste,
por los años en que soportamos la desgracia.
90:16 Que tu obra se manifieste a tus servidores,
y que tu esplendor esté sobre tus hijos.
90:17 Que descienda hasta nosotros
la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos.