domingo, 3 de junio de 2012

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
 ¿Qué interés te sigue, Jesús mío,
 que a mi puerta, cubierta de rocío
 pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
 pues no me abrí! ¡Qué extraño desvarío
 si de mi ingratitud el yelo frío
 secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
 «Alma, asómate a la ventana,
 verás con cuánto amor llamar porfía!»

¡Y cuántas hermosura soberana:
 «mañana le abriremos» —respondía—,
 para lo mismo responder mañana!


Lope de Vega

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